El objetivo general de la política de Educación Especial es hacer efectivo el derecho a la educación, a la igualdad de oportunidades, a la participación y a la no discriminación de los niños, niñas, jóvenes y adultos que presentan necesidades educativas especiales garantizando su pleno acceso, integración y progreso en el sistema educativo.
Los trastornos del espectro autista (TEA) implican retos importantes en el proceso educativo, razón por la que se hace necesario responder a las necesidades actuales y promover los apoyos a las personas con TEA y sus familias de acuerdo al ciclo vital por el que transitan, desde la niñez a la juventud.