Este libro fue escrito para los maestros de clase. Su principal propósito es mostrar cómo las experiencias vivas de cada día, las situaciones que tenemos justo al alcance de nuestra mano, pueden utilizarse para desarrollar en cada niño la aceptación de sí mismo y de los demás, así como para fomentar y acrecentar el aprendizaje intelectual.
Los ejemplos, redactados con sencillez, y las interpretaciones de los mismos, ilustran el papel que desempeñan los sentimientos en el proceso de aprendizaje.
Los ejemplos, redactados con sencillez, y las interpretaciones de los mismos, ilustran el papel que desempeñan los sentimientos en el proceso de aprendizaje.
El propósito secundario de este trabajo es alentar a los maestros que tienen dudas, a aquellos que analizan, examinan y evalúan sus propios métodos de trabajo con los niños.
A medida que el progreso tecnológico hace que nuestro mundo se vuelva cada vez más pequeño, es imperativo que los niños de hoy, y los del futuro, comprendan que sólo puede preservarse la forma democrática de vida mediante el desarrollo de buenas relaciones humanas: una tarea de toda la vida. Nunca es demasiado pronto para comenzarla.
