Su guión se basada en hechos reales. Aborda un problema crucial en la parálisis cerebral y otras discapacidades, la inserción social que indefectiblemente pasa por la integración laboral. El film muestra la discriminación que sufren los minusválidos a la hora de conseguir un empleo y cómo pueden triunfar en él.
Los paralíticos cerebrales no siempre tienen afectación psíquica y las limitaciones físicas, que pueden limitar sus capacidades laborales, se pueden intentar vencer, con trabajos adecuados y utilizando sistemas y procedimientos adaptados a sus deficiencias. Los estados con sistemas de protección social elevados generan leyes que favorecen su integración.
El protagonista consigue un empleo, tras superar las enormes dificultades iniciales, y triunfa gracias a su esfuerzo, tesón y carácter, venciendo las limitaciones que le ocasiona su daño cerebral. La acción se extiende por cuarenta años de la vida de Bill Porter (William H. Macy) en Portland (Oregon). Bill es un paralítico cerebral al que a su problema físico se le unen dificultades en el habla.
En 1955 intentó trabajar en la compañía Fuller como vendedor ambulante como había hecho anteriormente su padre. Ante la negativa de esta empresa, y gracias al empeño de su madre, consiguió por fin un empleo en una compañía competidora, la Watkins. En ella triunfó, no sólo en su estado sino comparativamente en el país.
Su madre, que tanto luchó por él desarrolla a lo largo de la acción una enfermedad de Alzheimer. William H. Macy interpretó magistralmente al personaje y la película fue galardonada con seis premios Emmy y seis nominaciones.