¿Qué es el miedo? ¿A qué se deben, entonces, los miedos infantiles? ¿Cuándo empieza la patología? ¿Qué recomendaciones podríamos dar a los padres, profesores, cuidadores…?
A través de los cuentos, el niño se identifica con el protagonista, y siente, al empatizar con él, una tensión y ansiedad crecientes que ceden en el desenlace, aunque éste no sea tan bonito o triunfal como hubiera deseado. Luego, una vez conocido el cuento, gusta de repetirlo una y otra vez, y la emoción siempre crece y se resuelve, aunque puede que con matices distintos.
Así va trabajando e interiorizando sucesos planteados y resueltos por otros; conoce situaciones imaginarias y cómo “otro” las ha afrontado, poniendo en juego una serie de recursos personales que, en la mayoría de los casos, desconocía por no haber necesitado utilizarlos hasta ese momento… y aprende que si uno no puede defenderse, puede que la magia, la casualidad o un ser bondadoso le tiendan una mano, porque el pobrecito, tan lleno de bondad, le ha movido el corazón. Y así, le facilita poder creer en la bondad, en alguna parte del mundo adulto-real es posible encontrar ayuda; es decir, la maldad de fuera tiene una contrapartida, que como alguien puede ayudar, él puede desarrollar la confianza.
Así va trabajando e interiorizando sucesos planteados y resueltos por otros; conoce situaciones imaginarias y cómo “otro” las ha afrontado, poniendo en juego una serie de recursos personales que, en la mayoría de los casos, desconocía por no haber necesitado utilizarlos hasta ese momento… y aprende que si uno no puede defenderse, puede que la magia, la casualidad o un ser bondadoso le tiendan una mano, porque el pobrecito, tan lleno de bondad, le ha movido el corazón. Y así, le facilita poder creer en la bondad, en alguna parte del mundo adulto-real es posible encontrar ayuda; es decir, la maldad de fuera tiene una contrapartida, que como alguien puede ayudar, él puede desarrollar la confianza.