Se trata de narraciones de estructura sencilla y con un lenguaje simbólico y mágico que a los niños les resulta fácil comprender y mediante las cuales se crean identificaciones positivas y se ofrecen referentes que brindan seguridad a los niños.
La forma en que estos relatos presentan las situaciones conflictivas, responde plenamente a la mentalidad infantil: en casi todos ellos el bien y el mal se encarnan en determinados personajes y sus acciones, y esta dualidad plantea un problema moral y exige una batalla para resolverlo.
Niños y niñas pueden aprender mucho de ellos, porque les enfrentan con problemas reales y conflictos humanos básicos; y a la vez que les hacen plenamente conscientes de las dificultades que supone vivir, ofrecen soluciones a los problemas que les inquietan.