El documental francés El Muro (Le mur), que critica las posturas del psicoanálisis sobre el autismo, ha causado cierta conmoción en los últimos meses, incluso llegando a ser mencionado en The New York Times. Francia es uno de los últimos bastiones remanentes del psicoanálisis, la teoría y terapia creada por Sigmund Freud y desarrollada por sus incontables acólitos.
En la mayor parte del mundo anglosajón, la influencia del psicoanálisis ha disminuido en forma continua durante las últimas décadas (salvo en las humanidades y los estudios culturales), pero la salud pública y los departamentos académicos de psicología de Francia siguen aún dominados en gran medida por el psicoanálisis, en particular por los seguidores del carismático Jacques Lacan, quien fuera uno de los blancos principales del libro Imposturas intelectuales de Alan Sokal y Jean Bricmont. En la mayor parte de los demás países, diferentes variantes de la terapia cognitivo-conductual (TCC) se consideran el tratamiento estándar para el autismo (y otras afecciones psicológicas).
Los psicoanalistas franceses continúan resistiéndose a ella, porque la consideran (falsamente) como una forma terapéutica reduccionista que se enfoca exclusivamente en el cambio de conducta y pasa por alto la dimensión subjetiva de la enfermedad psicológica. En El muro vemos a varios psicoanalistas explicando el comienzo del autismo, una condición neurológica con un importante factor hereditario, en términos de dramas edípicos no resueltos y de conflictos intersubjetivos.