Desde hace décadas, la psicología del desarrollo se ha interesado por analizar los patrones de interacción familiar y sus repercusiones sobre el desarrollo de los hijos y las hijas.
Con ello intentaba apuntar respuestas a diversas cuestiones importantes: ¿cómo deben actuar los padres y las madres para que sus hijos crezcan de forma saludable y ajustada psicológica y socialmente?, ¿qué deben hacer?, ¿qué no deben hacer?, actualmente, y ya en los albores del siglo XXI, podemos decir que sabemos bastantes cosas y que aunque no existen «recetas» mágicas, sí que conocemos algunos de los «ingredientes» que deben estar presentes en las relaciones familiares para que favorezcan el bienestar de todos sus miembros, y en especial de los hijos y las hijas.