La mejor forma de ayudar al alumnado con TEL es implicando a su profesorado en la intervención.
Esa función no debería corresponder únicamente a las familias, sino también a los equipos directivos de los centros, que deben propiciar el cambio de un modelo educativo basado en la integración del alumnado con diversidad funcional a uno basado en los principios de la educación inclusiva. Se ha comprobado que los centros que más han avanzado en este terreno son los que tienen menos problemas relacionados con la atención a la diversidad.
El mayor problema con el que nos encontramos las familias es que nuestros hijos no suelen recibir en el aula una atención adecuada a sus dificultades. Sus tutores pueden estar muy implicados, pero normalmente no van a disponer del tiempo, el apoyo o la preparación requeridos para una adecuada intervención en alumnado con TEL